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La comunicación invasiva

Años atrás, cuando llegaban las fiestas, se saludaba a la gente que uno quería o quiere realmente, extraña, necesita, acompaña, y cualquier otro sentimiento de afecto similar. Desde que el correo electrónico apareció para acercarnos la maravilla de estar comunicados a distancia en forma inmediata, una sarta de pelotudos inventaron las cadenas de e-mail, y cayeron en la volteada todos los saludos de fin de año, navidad, pascuas y ahora hasta del puto halloween. De la nada aparecen buenos deseos de gente que no ves en la puta vida, o que no te importa un carajo qué hacen de su vida, o a la que vos no le importas un choto, en formato de correos atiborrados de nefastos power points, o imágenes con renos brindando y demás boludeces por el estilo. Una mersada total. ¡Pero por qué mierda no le mandás eso a alguien a quien de verdad le importás, y me dejás de romper las pelotas con estas gronchadas, pelotudo!
Y llegamos a la época del fucking facebook, donde estos mismos giles no sólo te mandan todas las invitaciones pedorrísimas de abrazos, besos, caricias, y cuanta pelotudez aparezca, los muy conchudos, no contentos ni conformes, deciden subir una foto en su muro, que no es más que una imagen con un mensaje del orto sobre el optimismo de las fiestas, o algún otra efemérides, y tienen la feliz idea de etiquetarte, así de paso recibís las notificaciones de todos los pelotudos desconocidos que se prendieron en tal reverenda cagada, a quienes ni siquiera tenés agregados como "amigos".
Si podemos comunicarnos con la gente a la que realmente queremos, para qué mierda meter a todo el mundo en la misma bolsa. No los entiendo. Todos putos.

Una boluda más

Todos dicen por detrás tuyo que sos una gorda de mierda. No hay uno sola persona que no te putee. Yo también te puteo aunque evito agarrármela con tu gordura, que no tiene la culpa que vos seas una forra del orto. Te puteo por hija de puta. ¿Pero quién mierda te pensás que sos, conchuda? No podés confundir tan alevosamente la autoridad con los malos tratos, infeliz de mierda. Vos no sos más que una pelotuda chupa ortos que cree que cumplir con su deber es andar basureando a todos. Estás en tal pedestal de boludez atómica que pensás que sos alguien, imbécil, cuando no sos nada más que una empleada obsecuente. Naciste para ser botona, conchuda. Me sorprende no verte con un arma y un uniforme. Descerebrada, andá a hacerte la matona a tu casa, antes de que te caguemos a patadas en el orto cuando ya no soportemos más ver tu cara, la puta que te parió, papuda.
 
pájaroputo